31 ago 2014
26 ago 2014
Claude Monet (Puerto de Le Havre)
Impression, soleil levant, 1872
Le Grand Quai au Le Havre, 1872
Le Port du Havre, effet de Nuit, 1873
Le Havre, bateaux de pêche sortant du port, 1874
Le Havre, l'avant-port, 1874
Le Bassin du Commerce, Le Havre, 1874
23 ago 2014
Raoul Dufy (pescadores)
Pêcheurs à la ligne devant Sainte Adresse, 1907
Les pêcheurs, 1907
Anglers. Pêcheurs à la ligne, 1908
18 ago 2014
Las cifras (Don DeLillo)
Jackson Pollock, Number 1A, 1948, 1948
Norteamérica, tanto entonces como luego, era un sanatorio de toda clase de estadísticas. Las cuidábamos. Intentábamos comprenderlas. Hacíamos lo posible porque mejoraran. Las cifras eran importantes, ya que, cualesquiera que fueran los temores que pudiéramos haber tenido con relación al descarrío de nuestras mentes, todos ellos se veìan alejados en gran medida por la satisfacción de saber con exactitud el modo en que estábamos enloqueciendo, a qué nivel de decibelios, a qué mach de velocidad y bajo qué fuerza de arrastre aerodinámico. Así, se producía una locura transferida, un desdoblamiento, entre las propias cifras y aquellos que las creaban y mimaban. Las necesitábamos enormemente, de eso no cabe duda. Mediante las cifras éramos capaces de camuflar nuestras dudas. Las cifras convertían el día presente en algo soportable, servían de heraldo de los sobrecogedores excesos del futuro y almacenaban con sutil y engañosa configuración nuestros recuerdos, por así decirlo, del pasado. Nos convertían a todos en científicos por naturaleza. Reinara la guerra o la paz, nos afanábamos en el recuento de los cuerpos. (...) Mirando atrás, recuerdo cuán importante era para mí el hecho de definir una situación o un periodo de tiempo con tantas cifras como lograba reunir. Se me antojaban los auténticos ayudas de cámara de la claridad. Si hoy me encontrara en mi lecho de muerte y no supiera en qué fecha vivía, probablemente mis células se resistitían a rendirse. Sin un calendario, un cronónmetro o una taza de medidas en la mesilla de noche, me sería imposible saber cómo morir.
Americana, Don DeLillo, p.
174-175, (1971),
Circe, 1999.