La imagen correcta es la que el sistema fabrica, en sus catedrales, en sus palacios del poder, que, en el caso del arte, son los museos. Las imágenes deben ser eficaces. Se da, así, una suerte de darwinismo de las imágenes que se impone desde la publicidad: las imágenes deben ser productivas, eficaces para la marca. (...) Ante la imagen "eficaz", "espectacular", ante las proyecciones, los poderosísimos haces de luz, las video-instalaciones o la alta definición, cualquier otra figuración, cualquier otra sensibilidad óptica queda relegada, apartada en beneficio de lo que denomino el arte del motor, el arte de la motorización, que abarca también las pantallas, los píxeles, lo digital.(...) Se elimina el pluralismo en beneficio del más fuerte. Se tiende así a eliminar el resorte del arte y la técnica de la pintura en beneficio de una hipertécnica hiperrealista. (...) ¿Qué es lo ópticamente correcto? Es la imagen correcta en contraposición a todas las demás que serían incorrectas y, por tanto, ilegítimas.
Esto significa el fin de la estética, porque lo relevante, desde el punto de vista visual y óptico, es la riqueza de las imágenes y percepciones, la riqueza que se percibe a través del arte. Lo ópticamente correcto explica la desaparición del arte o, mejor dicho, la posibilidad de su desaparición. Pero no nos dejaremos engañar.
(...) La publicidad es lo ópticamente correcto. Y añado que la publicidad es la forma inicial de lo ópticamente correcto. Lo que aún está por llegar será aún peor.
Paul Virilio y Enrico Baj, Discurso sobre el horror en el arte, Ed. Casimiro, 2010
Un charlatán.
ResponderEliminarCompletamente subyugado con tus imágenes, te he enlazado en mi blog ('linkeado' como dicen ahora)
ResponderEliminarGalliano, ¿por qué "un charlatán"?
ResponderEliminarMuchas gracias Lansky, un honor.
Ya ese fragmento por sí sólo es una colección de galimatías. Por si eso no alcanza, la lectura extensa de "Ciudad Pánico" terminó de presentarme a este gritón de Feria.
ResponderEliminarAdhiero al juicio de Lansky sobre la calidad del blog.
ResponderEliminarpues a mí me gusta el texto de Virilio, no me parece un cantamañanas, como tantos, y estoy de acuerdo con lo que dice arriba.
ResponderEliminarGracias por tus palabras sobre el blog, Galliano. En cuanto al fragmento de Virilio, si hay alguna disfunción puede que se deba a mi particular selección, sin embargo, no sólo creo que es pertinente, sino que también es legible y fácilmente comprensible.
ResponderEliminarEn cualquier caso, puede que "Ciudad pánico" no fuera la mejor opción para acercarse a él pues el también filósofo Eugenio Trías, en su reseña para El Cultural, menciona que "agobia por la abundancia de estilemas demasiado transitados por una metalingöística inflacionaria muy francesa".
http://www.elcultural.es/version_papel/LETRAS/20755/Ciudad_panico_El_afuera_comienza_aqui