Habría que poner "Taller de Tiziano", en vez de "Tiziano", en este como en tantos casos de una época en la que las autorías eran 'autoritas' (auntoridad, el que manda) ¿No crees?
Las diferencias, proporciones casi idénticas al margen, están yo creo en como ha tratado el tiempo, el almacenaje, la exposición y los restuaradores a los tres cuadros.
Como siempre muy interesante, aunque te guardes, también como siempre, tus opiniones.
Tienes razón, la extendida idea de la sacrosanta autoría, o del genio del artista, tal y como se concibe hoy en día (o más bien desde el romanticismo), choca con la realidad de las obras más o menos seriadas de los artistas de los siglos precedentes, que, conforme al tipo de organización gremial, funcionaban en realidad a través de talleres o boteghe.
No obstante, en ocasiones, lo que reside detrás de la reiteración de un tema, composición o motivo por parte de un artista es el simple y mero "éxito" social/económico del mismo o el "deseo mimético". Aqui se aprecia que las diferencias más notables (el rostro de Adonis, Cupido) se encuentran en la tercera de las obras, también la más alejada en el tiempo de las otras dos.
Curiosamente, Rufus y como seguramente sabrás de sobra, una nueva vuelta de tuerca a partir de Warhol, Duchamp y los modernos actuales yanquis hace que la copia tenga marchamo de obra de arte, sobre todo la copia de lo que no era considerado arte: foto publicitaria, diseño industrial y comercial, de forma que los teóricos molones definen arte como lo que se vende por tal y los sociólogos declaran que tal es. A ese respecto, muy ilustrador el último libro de ese genial reaccionario que es Marc Fumaroli
Habría que poner "Taller de Tiziano", en vez de "Tiziano", en este como en tantos casos de una época en la que las autorías eran 'autoritas' (auntoridad, el que manda) ¿No crees?
ResponderEliminarLas diferencias, proporciones casi idénticas al margen, están yo creo en como ha tratado el tiempo, el almacenaje, la exposición y los restuaradores a los tres cuadros.
Como siempre muy interesante, aunque te guardes, también como siempre, tus opiniones.
Hola Lanski, gracias por tu comentario.
ResponderEliminarTienes razón, la extendida idea de la sacrosanta autoría, o del genio del artista, tal y como se concibe hoy en día (o más bien desde el romanticismo), choca con la realidad de las obras más o menos seriadas de los artistas de los siglos precedentes, que, conforme al tipo de organización gremial, funcionaban en realidad a través de talleres o boteghe.
No obstante, en ocasiones, lo que reside detrás de la reiteración de un tema, composición o motivo por parte de un artista es el simple y mero "éxito" social/económico del mismo o el "deseo mimético". Aqui se aprecia que las diferencias más notables (el rostro de Adonis, Cupido) se encuentran en la tercera de las obras, también la más alejada en el tiempo de las otras dos.
Curiosamente, Rufus y como seguramente sabrás de sobra, una nueva vuelta de tuerca a partir de Warhol, Duchamp y los modernos actuales yanquis hace que la copia tenga marchamo de obra de arte, sobre todo la copia de lo que no era considerado arte: foto publicitaria, diseño industrial y comercial, de forma que los teóricos molones definen arte como lo que se vende por tal y los sociólogos declaran que tal es. A ese respecto, muy ilustrador el último libro de ese genial reaccionario que es Marc Fumaroli
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