La creciente proletarización del ser humano y el creciente desarrollo de las masas son sendos aspectos de un mismo proceso histórico. El fascismo pretende organizar esas masas sin modificar el régimen de propiedad, que esas masas intentan eliminar, y no ya imponer sus derechos, sino, tan sólo, expresarse. Las masas tienen derecho a exigir una transformación en el régimen de propiedad; el fascismo les permite expresarse pero no altera dicho régimen. La consecuencia lógica del fascismo es una estetización de la vida política. Y la violencia que inflige a las masas imponiendo la genuflexión ante el caudillo, la redobla el fascismo con la violencia que dispensa una producción cultural que fabrica valores cultuales.
Todo empeño por estetizar la política termina en una única salida: la guerra. La guerra, y sólo la guerra, puede proporcionar un propósito a tamañas masas sin que se vea alterado el régimen de propiedad. (...) sólo la guerra permite movilizar todos los medios técnicos de nuestra época sin cambiar el régimen de propiedad.
W. Benjamin, La obra de arte en la época de su reproducción mecánica, 1939, Ed. Casimiro, 2010.
Me gusta, me interesa muchísimo Benjamin, pero no estoy seguro de poder suscribir totalmente la premisa de que la estetización de la política conduce a la guerra...
ResponderEliminarAunque luego miro la fecha del escrito, 1939, y entiendo mejor.
A mi también me interesa Benjamin y tienes razón, la conclusión sobre la estetización es consecuencia inmediata de su tiempo.
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