Como nos vemos y cómo nos ven, el retrato algo que a priori parece sencillo y tal vez sea lo más complicado, lograr transmitir la esencia, lo que hay tras los rasgos.
Sí, confrontar así unos autorretratos y unos retratos de la misma persona nos permite contrastar la diferencia entre la mirada de uno mismo y la del otro.
Y no olvidemos que el tal Chaim había nacido en una estricta comunidad judía en la que, como los musulmanes, estaba prohibida la reproducción de la figura humana ¡eran iconoclastas! Bien que se vengó
Desde luego! Esa es una de las barreras que, apriori y al menos como tabú "imaginario", tienen que vencer los artistas judíos.. Soutine, Modigliani, Chagall...
era un jefe, soutine; sin duda: un jefe en la sombra
ResponderEliminarComo nos vemos y cómo nos ven, el retrato algo que a priori parece sencillo y tal vez sea lo más complicado, lograr transmitir la esencia, lo que hay tras los rasgos.
ResponderEliminarSí, confrontar así unos autorretratos y unos retratos de la misma persona nos permite contrastar la diferencia entre la mirada de uno mismo y la del otro.
ResponderEliminarY no olvidemos que el tal Chaim había nacido en una estricta comunidad judía en la que, como los musulmanes, estaba prohibida la reproducción de la figura humana ¡eran iconoclastas! Bien que se vengó
ResponderEliminarDesde luego! Esa es una de las barreras que, apriori y al menos como tabú "imaginario", tienen que vencer los artistas judíos.. Soutine, Modigliani, Chagall...
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