Non est potestas super terram quae comparetur ei, Job, XLI, 24
La atribución de la autoría del famoso grabado que ilustra la portada del libro ha sido largamente discutida entre aquellos que se la imputan Wenceslaus Hollar y, en la actualidad, los que lo hacen a Abraham Bosse. Al parecer, en el manuscrito original, copia del cual se encuentra en la Biblioteca británica, la coronada e inquietante figura humana que ocupa la mitad superior y que porta la espada y el báculo (símbolos de lo civil y lo religioso), estaba dibujado de forma que las caras humanas que lo componen aparecían de frente, al contrario de lo que ocurre en el grabado que conocemos, en el que las figuras humanas se muestran de espaldas.
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