Jacques-Louis David, Le serment du Jeu de Paume, 1791
Emilio Longoni, L'oratore dello sciopero, 1890
Ferdinand Hodler, Der Redner, 1912
Arthur Segal, Der Redner, 1912
Magnus Zeller, The orator, 1920
Conrad Felixmüller, The agitator, 1920
Conrad Felixmüller, Political speaker, 1920
Diego Rivera, El agitador, 1926
George Grosz, The agitator, 1928
Curt Querner, Agitator, 1931
Leon Golub, Orador, 1965
Ana Eckell, El orador, 1982
Martin Ley Ussing, Orador, 2008
El dedo índice extendido, apuntando, aleccionando o indicando es una curiosa constante...
ResponderEliminarSí que lo es, sí...ese dedito.
ResponderEliminarLo triste e inquietante es que no se les responda más a menudo, o no se les haya respondido a tiempo, con el puño cerrado y el dedo corazón hacia arriba...
ResponderEliminarAunque es cierto que la elevación por encima de la masa y el dedo extendido son indicios suficientes para provocar la desconfianza, lo del dedo corazón dependerá, en todo caso, del contenido del discurso.
ResponderEliminarsoy el autor del cuadro El Orador.
ResponderEliminarMe ha gustado ver que mi cuadro estaba aquí...
Si quieren ver más sobre mi trabajo lo pueden ver en
www.ceramicaley.com
Atentamente Martin
Hola Martin, muchas gracias por pasarte y por sugerirnos tu página, me alegro de que te haya gustado verte por aquí.
ResponderEliminarSaludos.