Beato de Liébana, Commentarium in Apocalypsin, s. VIII
Encuentras que la pintura es más deleitable que cualquier otro arte: no desprecies, te lo ruego, la labor del escritor, el esfuerzo del cantor ni la aplicación del recitador o lector. Porque la letra vale más que la forma engañosa de la imagen: ella contribuye más a la belleza del alma que la armonía de los colores que no muestra más que la sombra de las cosas. La escritura es la norma perfecta y piadosa de la salvación; ella vale mucho más para el conocimiento de la realidad: es más útil que cualquier otra cosa; el gusto estético lo goza más prontamente; para los sentidos humanos es más perfecta su significación y la memoria la retiene con más facilidad. La literatura está al servicio de la lengua y del oído (el sentido más perfecto); la pintura no proporciona a la mirada y a la vista más que consolaciones bien pobres. Aquélla nos pone en presencia de las cosas mediante la palabra y el sentido de los términos, el placer que engendra es de larga duración. Ésta, al contrario, no alimenta más que una pasajera mirada y bien pronto fatiga: no llega a acercarnos a la verdad ni a inspirarnos siquiera confianza.
Carta de Rabano Mauro (776-856) a Hatton de Fulda, recogido en Estudios de estética medieval, Edgar De Bruyne, Ed. Gredos, 1958.